domingo, 5 de diciembre de 2010

Fuertes estragos por lluvias e inundaciones en la región central

Han afectado especialmente a los campesinos que trabajan en los sectores floricultor y lechero.

El centro del país, como se predijo hace un año, es una de las zonas más afectadas por la crudeza de la segunda temporada invernal del fenómeno de La Niña. En Cundinamarca, 53 municipios están inundados, dejando como saldo más de 900 familias damnificadas. Mosquera, Soacha, Cota, Tocaima, Apulo, Girardot, Puerto Salgar, Cogua y Nemocón han sido los municipios más afectados en los últimos meses.

La situación recrudeció en esta última semana, especialmente en Mosquera, donde las lluvias no han parado de caer. En este municipio, las crecientes de los ríos Bogotá, Subachoque y Bojacá han dejado pérdidas por más de 80 mil millones de pesos y más de 3.000 hectáreas de tierra productivas bajo el lodo. Situación por la cual el alcalde de Mosquera, Álvaro Rincón, lanzó un llamado de auxilio al gobierno y a la comunidad para recuperar la zona.


El Alcalde señaló que en los barrios Porvenir Río, Planadas y Sabana hay por lo menos 55 familias afectadas, luego de que el nivel de las aguas alcanzara 30 centímetros de altura, tras las fuertes lluvias de los últimos días. Aclaró que la situación de emergencia no se vivió por el desbordamiento del río Bogotá, como se especulaba dentro de los pobladores, sino porque las motobombas ubicadas en estos barrios no tuvieron capacidad para evacuar la cantidad de agua que les cayó.

El comité local de emergencias evalúa la posibilidad de llevar más motobombas a la zona, para sacar más rápido el agua estancada y para tener mayor capacidad de respuesta ante la posibilidad de que haya lluvias más fuertes. De las 55 familias afectadas, 25 aceptaron ser trasladadas hacia un albergue temporal y con ayuda de una brigada local sacaron la mayor cantidad posible de pertenencias hacia el refugio. Las otras 20 se negaron a salir de sus predios por temor a perder los enseres que se quedan dentro de las casas. En la zona, las veredas de San Francisco, San José y El Playón han vivido con intensidad la fuerza de las lluvias y la subida del caudal de los ríos, que han afectado especialmente a los campesinos que trabajan en los sectores floricultor y lechero.

Aunque la situación está siendo controlada por las autoridades locales, el gobernador de Cundinamarca, Andrés González Díaz hizo un llamado especial para mantener la vigilancia sobre el caudal del río Bogotá, en sus cuencas baja, media y alta, por el aumento evidente de nivel en los últimos días.

"El nivel de las aguas del río Bogotá ha vuelto a crecer notoriamente, está sobre el borde de los jarillones a cinco centímetros del puente en la vereda San Miguel. De manera que llamamos a una vigilancia cuidadosa, prudente, sobre todo a las riberas del río Bogotá en su cuenca media, tanto en Cundinamarca como en Bogotá", explicó el mandatario.

González señaló que ya se han tomado algunas medidas de contingencia para disminuir el riesgo, pero que se requiere mantener monitoreo permanente tanto en la Sabana como en la cuenca baja.

"Debemos estar atentos y vigilantes, de nuestra parte se están tomando las medidas para reforzar los jarillones y para desaguar parte del río en el sector El Charquito, lo que va a aliviar la cuenca media, pero va a generar más agua en la cuenca baja".

En este sentido, el Gobernador enfatizó que las entidades de prevención y de socorro deben actuar de manera coordinada y permanente. "Lo importante es que estamos vigilando cuidadosamente a toda hora y de llegar a presentarse un desbordamiento podremos alertar y prevenir a sectores urbanos e incluso rurales de hacendados, para que puedan actuar de la manera más adecuada", indicó.

Bogotá, un punto aparte

El Distrito Capital ha sido epicentro de inusitadas emergencias por cuenta de la ola invernal. A la fecha, 4 personas han muerto y otras 4.000 han resultado afectadas por la pérdida de sus enseres; mientras que 300 viviendas se encuentran con averías, según el reporte de Fondo de Prevención y Atención de Emergencias de Bogotá, Fopae.

Los barrios que en este momento se encuentran más afectados por riesgo de inundación son los del occidente, ubicados en las localidades de Bosa, Engativá y Fontibón. Mientras que los que están en riesgo de deslizamiento son los ubicados en la zona oriental: Usaquén, Chapinero, Usme, Ciudad Bolívar, El Codito, Santa Fe y San Cristóbal.

En la noche del jueves la situación se tornó crítica en Fontibón, donde habitantes del barrio Casandra bloquearon la salida por el occidente de la ciudad, para protestar porque según ellos las autoridades no han hecho nada para evitar un posible desbordamiento del río Bogotá. Ante la manifestación, el Fopae se trasladó a la zona en la mañana del viernes para examinar lo que se está realizando en materia de prevención y mitigación del riesgo, para evitar una posible catástrofe.

Por el momento se han habilitado dos albergues temporales en el Distrito Capital para atender a personas que se encuentran en zonas de riesgo. Uno ubicado en Bosa y otro en Rafael Uribe Uribe. El ingeniero Wilfredo Ospina, vocero del Fopae, explicó que se está trabajando con la comunidad para que sepan cómo actuar en caso de emergencia y a dónde pueden informar, pero también para crear conciencia de la importancia de no llenar de basura los canales de aguas lluvias, para evitar inundaciones. De igual forma, explicó que se creó un programa de coordinación permanente, en el cual participan el Fopae, la Defensa Civil, la Policía de Carreteras y los bomberos, para atender las emergencias de forma organizada y recibir las que sean anunciadas a la línea 123, relacionadas con inundaciones o deslizamientos de tierra.

Fuente: Colprensa.

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